Demos cuanto se pueda en favor de quienes precisan auxilio, el cual no siempre tiene que ser material, pues existen tantas bellas y provechosas formas de servir, como regalar una sonrisa, un saludo, una bendición, un feliz augurio, que para muchos puede ser un inapreciable tesoro de aliento ante las tristezas, enfermedades o calamidades, aunque es por demás sabido que mayormente se cosechan dificultades y tormentas por las buenas obras generosamente realizadas, pero siempre, sin desesperar ante las ingratitudes ni aguardar recompensa alguna, prodiguemos el Bien dondequiera que vamos o estemos, pues esa es la inmejorable Felicidad que experimenta con sus nobles acciones un verdadero Hijo de Dios.
A. Z. F. EL TAWA MANÚ .:. DAVID SERRATE PÉREZ, RESTAURADOR DEL EVANGELIO DE KRISTO VIVIENTE E INICIADOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL DEL AMOR
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