Si en Verdad buscamos corregir nuestras actuales falencias y arbitrariedades alimentarias, las cuales están plagadas de barbarie, toxicidad y envenenamiento indolentemente admitidos por el adormecimiento infra psíquico generalizado entre los terrícolas, debemos empezar por reconocer y valorar la existencia de todas las especies que nos rodean, desde la semejante, siguiendo por la animal, vegetal y mineral, para lo cual nada más sencillo que observar, cuánto bien haríamos a nuestra propia Naturaleza como auténtica Tierra Filosofal, si advirtiésemos y aplicáramos la virtud nutriente contenida en la disciplina FRUGÍVORA, que sin extinguir la vida, mejor aún la multiplicáramos mediante el deleitoso consumo de frutas, que permite liberar y disponer la semilla madura y apropiada para que la sabia secuencia de la salud y la abundancia prosiga su ritmo luminoso, en feliz armonía y respeto a las Leyes Naturales, pudiendo arribar como suprema culminación de la Obra Humana, a la reformulación genética propia de los niveles del Ultra Inmanifestado.
A. Z. F. EL TAWA MANÚ .:. DAVID SERRATE PÉREZ, RESTAURADOR DEL EVANGELIO DE KRISTO VIVIENTE E INICIADOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL DEL AMOR
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