Para que el Niño Dios pueda eficazmente renacer en la Naturaleza Humana que ya se halla en franco proceso de Revolución Consciencial, es preciso que el fiel como digno Laborante, en la obra consecuente y disciplinada del Sagrado Eroar, haya cumplido las Doce Hazañas de Hércules, culminando con la purificación de los particulares establos contaminantes de sus Aguas Genesíacas, al haber logrado eliminar valerosamente y con tenaz perseverancia, cada una de las venenosas, tétricas, monstruosas y pestilentes alimañas a las cuales había dado cabida y alimentación en su involución infra psíquica, asegurando la incesante fortificación de los temibles cuatro diabólicos guardianes del umbral.
Nacido ya en un pesebre donde sin embargo, aún persisten los animales domésticos, esto es, los mal llamados yoes buenos, y a medida que se crece en Sabiduría de Real Auto Gnosis, habrá de reciclarse la Obra a un nivel que para la mente humana se encuentra fuera de su alcance, tanto en entendimiento como en su rigurosa como exigente sublime ejecución, alcanzando con la Supra Potencia que habilita la Transmutación Kristificatoria propiamente hablando, el total como definitivo inegoísmo, lo que viene siendo la auténtica Resurrección Mística con el Advenimiento pleno de la Sacratísima Trinidad Íntima.
A. Z. F. EL TAWA MANÚ .:. DAVID SERRATE PÉREZ, RESTAURADOR DEL EVANGELIO DE KRISTO VIVIENTE E INICIADOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL DEL AMOR.
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