¡SATURADOS DE CRIMINALES INJUSTICIAS, REMONTEMOS LA ABERRANTE ILEGALIDAD PSEUDO JURÍDICA QUE IMPERA EN EL SARDÓNICO Y ESTRAFALARIO ESTADO PLURINACIONAL BOLIVIANO!
Es lamentablemente muy difundida la mala fama que tenemos los bolivianos de contar con la justicia más torcida e inmoral que se conozca, al menos en el entorno de nuestro vecindario fronterizo, ya que tan pronto acepta “interpretar” de algún modo paradojal e interesado los preceptos establecidos que a propósito en casi todas nuestras leyes son confusos y plenos de lagunas, concurriendo luego a descubrir artificiosamente cómo anteponer y aplicar todo lo contrario a lo ya dispuesto, favoreciendo a clientelas que convencen con mejores y más provechosas ofertas.
El actual parlamento mayoritariamente masista a consecuencia del permanente fraude electoral muy común en los recientemente pasados catorce años de la superada tiranía evista, ni siquiera representa a sus regiones, pues aquellas se mantienen desatendidas casi en su totalidad, menos aún legisla pues no comprende ni sabe cómo hacerlo, y peor aún, nunca ha fiscalizado nada, toda vez que la tiranía disfrazada de democracia ha producido los peores atropellos contra la patria y los ciudadanos, la más escandalosa continua corrupción y los más atroces crímenes, constituyendo un enmarañado enjambre de delitos ejecutados descaradamente con el soporte de la más inaceptable impunidad, amparados en el apoyo ciego, fanático y servil compuesto por el oprobioso instrumento delictivo mal llamado “proceso de cambio” que llegó a copar absolutamente todos los estamentos de poder del país, incluidos, además del Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, las organizaciones financieras, eclesiales, militares, policiales, sindicales, departamentales, municipales y provinciales, conformando un ente omnímodo al mando exclusivo del jefazo y su privilegiada pandilla de asaltantes narcoguerrilleros.
Aprendamos de una buena vez a ser serios, dignos, sabios, responsables y útiles para con la Patria, reparando radicalmente el oprobio que hasta aquí hemos permitido o tolerado, poniendo freno, si es preciso desde las calles nuevamente, para establecer el orden que con urgencia nos hace falta aplicar, pudiendo así dignificar nuestras instituciones y los extrañados principios que como a humanos a todos nos corresponde por igual esforzarnos en constituir apropiadamente.
Que quede claro para que no quepan dudas, la abogada Jeanine Áñez Chávez, valerosa dama que ahora dirige el Ejecutivo ejemplarmente en una impecable sucesión constitucional, desde el momento que escaló a la Presidencia de la República, dejó de ser Senadora, por lo cual su transitoria gestión abarca legalmente y dentro de natural racionalidad, hasta que verificadas las elecciones, entregue el mando a quien resulte claramente ganador en las urnas conforme a las disposiciones establecidas en la respectiva ley.
En cambio, la actual estructura parlamentaria, al igual que los gobiernos departamentales, municipales y provinciales, tienen marcada su fecha de caducidad, por lo cual no pueden sobrepasar el límite regular de sus mandatos.
Por consiguiente, a partir del 22 de Enero, que a propósito debe dejar de ser fecha festiva pues tal acontecimiento es una insoportable afrenta para la nacionalidad que rescató la democracia valerosamente desde las calles de todo el país, los actuales parlamentarios inexcusablemente concluyen su gestión, y como ya lo tengo dicho y escrito innumerables veces, será un verdadero desahogo para el país economizar por algunos meses en bien de todos, dejando de sostener una revoltosa, inútil y antidemocrática dictadura que a todas luces ciñe su dañino accionar para provocar caos y desestabilización del orden constitucional.
Si se pretende hacer bien las cosas, aún es tiempo de que, en simultaneidad a las elecciones generales, y como ya lo he propuesto tantas veces anteriormente, se convoque a la brevedad a las respectivas elecciones departamentales, municipales y provinciales, permitiendo ahorrar recursos, tiempo y esfuerzos, en la pronta consolidación de una auténtica y completa democracia que añora el grueso de nuestra población boliviana.
Gracias por su amable atención.
DAVID SERRATE PÉREZ
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