PISTIS SOPHÍA DEVELADA
VENERABLE MAESTRE SAMAEL AUN WEOR
DESAFORTUNADAMENTE, MUY RAROS SON AQUELLOS QUE LOGRAN MARCHAR POR LA SENDA DEL MEDIO, HACIA LA LIBERACIÓN FINAL.
LA AUTÉNTICA LIBERACIÓN FINAL, SÓLO ES PARA LOS REBELDES, PARA AQUELLOS QUE MARCHAN POR EL SENDERO DEL MEDIO.
DEMONIOS Y SANTOS MIRAN CON HORROR Y PAVOR A LOS ADEPTOS REVOLUCIONARIOS DE LA SENDA DEL MEDIO.
EL CAMINANTE REVOLUCIONARIO DEL ÓCTUPLE SENDERO, AUN ESTANDO RODEADO DE MUCHA GENTE, CAMINA TERRIBLEMENTE SOLO.
SÓLO LOS BODHISATTVAS DEL CAMINO DEL MEDIO CONSIGUEN LA ENCARNACIÓN DEL CRISTO EN SÍ MISMOS.
CAPÍTULO 67
Santiago es el Bendito Patrón de la Gran Obra.
A nosotros, los gnósticos, nos interesa muy especialmente nuestro Santiago Interior.
Nuestro Santiago Interior es una de las partes autónomas y auto-conscientes de nuestro propio Ser.
El Bendito Patrón de la Gran Obra es nuestro Mercurio.
El Padre de todas las luces nos enseña la Ciencia de la Gran obra a través de Santiago.
Santiago el Apóstol, con su sombrero de calabaza y una estrella en la frente formada con una concha marina, es algo profundamente significativo.
Bien sabemos que el agua bendita se llevaba ente alguna calabaza en la Edad Media.
El cayado de Santiago con cierto adorno que le hace parecer al caduceo de Mercurio, nos invita a la reflexión.
Lleva Santiago en su mano el Libro de la Gran Obra, el Apocalipsis de San Juan, que sólo entienden los Alkimistas.
La Epístola Universal del Apóstol Santiago es una Cátedra fundamental sobre la Gran Obra.
Luz-Poder-Cristo profetizó a través de David en el Salmo Noventa.
El socorro del Más Alto es el Dios Intimo de cada uno de nos.
El Dios Intimo de cada uno de nos es nuestro socorro y morada de refugio.
Debemos confiar siempre en nuestro Dios Interior.
El Anciano de los Días nos salvará de las trampas de los cazadores y de la Voz de la Ley.
Las trampas de los cazadores son las trampas de los tenebrosos.
El Señor nos cubrirá con su aliento y nos protegerá con las palabras sagradas del Mercurio.
Las alas del Mercurio se abren en la espina dorsal a la altura del corazón.
Las alas ígneas son maravillosas, resplandecen en los Ángeles.
La Verdad nos protege; cuando al Señor le preguntaron: ¿Qué es la verdad?, guardó silencio.
Cuando al Budha le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró.
La Verdad es lo desconocido de instante en instante.
Sólo sumergiendo la Conciencia entre el seno de la "Talidad", podremos experimentar eso que está más allá del cuerpo, los afectos y la mente, eso que es la Verdad.
Quienes viven metidos dentro de la maquinaria de la relatividad, no conocen la verdad.
El mundo de la relatividad es este mundo doloroso en que vivimos, el mundo vano de la dualidad.
Entre los terrores de la noche las saetas tenebrosas vienen contra el Iniciado.
Se mueven furtivamente entre las tinieblas las fuerzas enemigas.
A la izquierda y a la derecha caen, tanto los Iniciados de las tinieblas como los de la luz.
El Sendero del Medio, el óctuplo sendero de los Bodhisattvas de corazón compasivo, nos conduce al puerto de la liberación.
Desafortunadamente, muy raros son Aquellos que logran marchar por la senda del medio, hacia la liberación final; quienes no caen en el sendero de la izquierda tenebrosa, caen en el sendero de la derecha.
Por el sendero de la izquierda descienden los tenebrosos dentro de la morada de Plutón.
Por el sendero de la derecha ascienden los santos, hacia los reinos maravillosos de la Luz.
Unos y otros giran dentro de la rueda del Samsara.
Los tenebrosos pasan por la Aniquilación budhista en el corazón del mundo.
Posteriormente entran en los paraísos elementales de la Naturaleza, después de haber sufrido mucho.
El paso por el mundo soterrado resulta millones de veces más amargo que la hiel.
Los santos, agotada la recompensa, regresan al Valle del Samsara, se reincorporan en nuevos organismos humanos.
Ni los hombres con piel de chivo, ni los hombres con piel de oveja, logran la liberación final.
La auténtica liberación final, sólo es para los rebeldes, para Aquellos que marchan por el Sendero del Medio.
Difícil es el Óctuple Sendero de los Bodhisattvas de corazón compasivo.
El límite del bien es el mal; el límite del mal es el bien. El óctuple sendero de los Bodhisattvas de corazón compasivo nada tiene que ver con el bien o con el mal.
Todo lo que es bueno para quienes marchan por el sendero de la derecha, es malo para aquellos que descienden por la izquierda tenebrosa.
Todo lo que es bueno para los tenebrosos del Averno, es malo para los caminantes que ascienden por la vía de la derecha.
Demonios y santos miran con horror y pavor a los Adeptos revolucionarios de la senda del medio.
Nadie entiende a estos rebeldes del sendero del medio.
El caminante revolucionario del Óctuple Sendero, aun estando rodeado de mucha gente, camina terriblemente solo.
Hitler, aterrorizado ante la presencia de cierto Adepto del sendero del medio, exclamó: "Yo conozco al Súper-Hombre, le he visto, es terriblemente cruel, y mismo he sentido miedo".
El camino es el sexo y se avanza aniquilando al ego y sacrificándose por la humanidad.
Los Budhas Pratyekas, aun habiendo fabricado los cuerpos existenciales superiores del Ser, no son Bodhisattvas.
Obviamente, los Budhas Pratyekas cayeron en el sendero de la derecha.
Son también muchísimos los Maestros que mediante el Tantrismo negro cayeron en el sendero de la izquierda.
Los Bodhisattvas de corazón compasivo se sacrifican por las humanidades planetarias a través de sucesivos Mahamvantaras y al fin logran encarnar al Cristo.
Sólo los Bodhisattvas del camino del medio consiguen la encarnación del Cristo en sí mismos.
El Cristo Intimo es el verdadero refugio del Bodhisattva de corazón compasivo.
El Cristo Intimo está más allá de todo mal y de todo castigo.
Los Ángeles del Señor auxilian a los Bodhisattvas de corazón compasivo.
Necesitamos vencer a la serpiente tentadora del Edén y al horripilante basilisco del mal.
El Bodhisattva de corazón compasivo deberá enfrentarse al León de la Ley y vencer al Dragón.
El Cristo Intimo salva a quienes confían en él.
El Señor nos asistirá en las grandes tribulaciones.
El Señor nos acrecentará y nos mostrará la salvación.
Pistis Sophia confió en la luz y el Rayo de Luz vino de la Altura para salvarla.
La Luz de la Luz salva al Iniciado de las emanaciones de Obstinado y de Adamas, el Príncipe terrible de la Gran Ley.
Pistis Sophia maneja las fuerzas de la derecha e izquierda que son las alas del rayo de la luz.
Empero, Pistis Sophia marcha por el camino del medio.
El Iniciado debe aprender a caminar con los dos pies.
Sucede que algunos Iniciados no saben usar el pie izquierdo y fracasan.
Los Budhas Pratyekas y los aspirantes Sravakas, se espantan y también excomulgan al Bodhisattva que sabe andar con sus dos piernas.
Los devotos, sinceros y nobles, del camino de la derecha, apedrean a los Iniciados que aprenden a sostenerse en equilibrio sobre su pierna izquierda.
Todo Iniciado que sabe caminar con sus dos piernas aterroriza a los nobles de la derecha.
Estoy hablando en parábolas, estoy hablando de ovejas y de cabritos.
Algunos Iniciados saben convivir con las ovejas pero no saben vivir con los cabritos.
Raros son los Iniciados capaces de sostenerse en pleno equilibrio sobre el pie izquierdo.
El que tenga entendimiento que entienda porque aquí hay sabiduría.
Si el Cristo se disfraza de Diablo para bajar al Abismo y salvarnos, ¿por qué no hemos de imitar su ejemplo?
El Diablo es blanqueado y transformado en Hacedor de Luz, en Lucifer, tú lo sabes.
El Iniciado, repito, debe aprender a moverse sobre sus dos piernas.
El Iniciado debe aprender a disfrazarse y moverse entre diablos, no solamente en el Averno, sino también aquí, en este mundo en que vivimos.
La Luz es la coraza que protege al Iniciado.
Todo Iniciado debe aprender a graduar su Luz cuando desciende a los Mundos Infiernos.
Si el Iniciado que desciende a los Mundos Infiernos no aprendiera a graduar su luz interior, espantaría a los demonios, entonces no podría auxiliar a los perdidos.
Los Iniciados deben aprender a vivir serenos y apacibles entre los terrores del Abismo y de la noche.
Hay que aprender a manejar la espada flamígera.
En la morada de Plutón, el Señor del Tiempo nos enseña a manejar la espada.
La morada de Plutón es el Tartarus griego, el Averno romano, los Mundos Infiernos dentro del interior de la Tierra.
El Aeón Trece es el Aeón Superior, de él viene la Luz a los doce Aeones.
Raros, muy raros, son Aquellos que logren llegar al Aeón Trece.
Pistis Sophia sabe lo que es el tirano Adamas. Ley es Ley y la Ley se cumple.
La Ley del Karma es la medicina para el Alma.
La Ley nos arroja al suelo, nos castiga cuando lo merecemos.
Medio día, se dice kabalísticamente, porque se hallan entre el Treceavo Aeón y el Caos.
Entre las Tinieblas, ente el Caos, tenemos el poder Rostro de León, mas en la luz el temor desaparece porque comprendemos que la Ley del Karma es una gran medicina para el Alma.
En pleno medio día, es decir entre el Treceavo Aeón y el Caos, ya el Iniciado no tiene necesidad de temer desgracia ni demonio alguno.
Decir mil o diez mil, es profundamente significativo y kabalístico.
Mil caerán hacia la izquierda y diez mil a la derecha.
Es necesario ser dos para ser uno y saberse dos.
Por ello caerán los terribles de la derecha, y los horribles de la izquierda.
Al paso revolucionario de Pistis Sophia caen los enemigos de la izquierda y los equivocados sinceros de la derecha.
El Cristo Intimo, dentro del Iniciado, vence a las fuerzas tenebrosas y también a la Ley; el Señor vence a los poderes inferiores, los aprisiona en el Caos.
Pistis Sophia, con fe en la Luz de la Altura, somete a los poderes tenebrosos que antes le atormentaran.
Pistis Sophia, conducida por Gabriel y Miguel, (el Mercurio y el Azufre) no puede ser aprisionada.
El Iniciado debe pasar sobre la serpiente tentadora del Edén y sobre el horrendo basilisco de las pasiones.
El Iniciado, además, debe vencer al León de la Ley y al Dragón.
El Cristo Intimo está sobre la Ley y el Dragón, tú lo sabes.
Los monstruos que personifican al ego, al yo pluralizado, deben ser muertos.
Por la transcripción:
IO SOY DAVID, SER KUMARÁSICO A. Z. F. EL TAWA MANÚ .:.
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