14-10-2019
¡VOTAR COMO BORREGOS EN FAVOR DE LA IGNORANCIA OBTUSA Y LA BARBARIE CRIMINAL, ES BOTAR A LA BASURA NUESTRO NATURAL DERECHO DE SER LIBRES!
Que quede oportunamente claro para que no quepa ninguna duda: la lucha emprendida en muchos puntos del país por el grueso del pueblo boliviano que es casi la totalidad de su diversa población, constituye la vibrante protesta generalizada del remozado federalismo contra el abusivo centralismo de poderosas oligarquías mineras cuya hegemonía data desde antes de la fundación de la República, mismas que en el pasado se fincaron en Sucre para explotar las riquezas argentíferas de Potosí, para luego trasladarse cruentamente a La Paz, esa vez movidas por los intereses del estratégico estaño que principalmente produjo Oruro.
Ignorada políticamente por su escasez demográfica y su tortuosa lejanía con el resto del país, sin embargo la Amazonía que Riberalta capitalizaba como centro del entonces Territorio de Colonias, por su importancia con la explotación y comercialización de la mundialmente apetecida goma, constituyó por varias décadas del siglo pasado el poderoso principal sostén para la economía nacional, sin que hasta ahora se haya hecho justa referencia histórica de la importancia que constituyó su generoso concurso para toda Bolivia, aunque mal aprovechada tanta riqueza por los insaciables intereses del voraz centralismo.
Llegado desde Santa Cruz el boom del petróleo y el gas que hasta ahora sustentan la economía nacional desde hace ya 65 años, el mismo poderío ya no exclusivamente minero sigue incólume aprovechándose de su sitial cómodamente establecido en La Paz, aunque es evidente reconocer que el actual sustento populista que grotescamente domina al país surge de la informalidad comercial de la coca y cocaína proveniente desde Chapare, de donde aparece delictivamente el fenómeno que personalmente denomino como narcocracia.
Consecuentemente la actual lid política enfrenta inequívocamente a dos posiciones plenamente definidas: el pueblo explotado y engañado capitaneado por la insaciable avaricia centralista que con un mareado populismo ignorante, alardeando impunemente grotesca corrupción, abierto narcotráfico e imparables crímenes, mantiene secuestrada contra sus legítimos intereses a la misma ciudad de La Paz, mientras que por otra parte, desde Santa Cruz, crisol de la nueva bolivianidad, surge vigoroso el impulso popular consciente que con nuevos bríos anima a toda la nacionalidad retomando las banderas del Federalismo, como receta cierta para acabar con las luchas fratricidas y el bárbaro caudillismo que tanto ha atormentado y ensangrentado al país.
Reitero, la lucha que debe definirse, con elecciones libres o acción popular de nuevos Cabildos en todo el territorio nacional, es entre la honra y la deshonra; entre la legalidad y lo ilegítimo; entre la moral y los vicios; entre la idoneidad y la incapacidad; entre la construcción y la destrucción; entre la cultura y la ignorancia; entre la riqueza y la miseria; entre la vida y la muerte; entre la espiritualidad y el materialismo; entre la cordura y la demencia; entre la Ley y la injusticia; entre el progreso y el salvajismo; entre la Libertad y la esclavitud; entre la Verdad y los engaños; entre la unión y la desintegración; entre la Felicidad de vivir y la enfermiza angustia; y finalmente, de modo principal entre el Amor y los odios.
Dicho en una sola frase: ¡LA LUCHA EMPRENDIDA EN BOLIVIA ES ENTRE EL PROGRESISTA UNIFICADOR FEDERALISMO Y EL MONSTRUOSO DESINTEGRADOR CENTRALISMO!
En la Consciencia o inconsciencia de cada cual se halla el derecho y la voluntad de elegir entre la FELIZ LIBERTAD FEDERALISTA o la tormentosa esclavitud centralista.
¡TUYA ES LA DECISIÓN!
DAVID SERRATE PÉREZ.
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