Felicito a la Mujer Cruceña, hoy y todos los días, en realidad siempre, por sus indiscutibles valores y reconocida extraordinaria belleza, virtudes presentes tanto externa como internamente, digna representante de la estirpe amalgamada en el crisol de su bendecido suelo. ¡POR ÉLLAS, COMO MUJER, ESPOSA, MADRE, HIJA, HERMANA, ABUELA, TÍA, SUEGRA, CUÑADA, NUERA, NIETA, SOBRINA Y AMIGA, SALUD, EN EL BUEN SENTIDO DE LA PALABRA!
DAVID SERRATE PÉREZ.
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