CELEBREMOS CON JUBILOSO ENTUSIASMO LA LIBERTAD DE UNA AUTÉNTICA VALEROSA PATRIOTA COMO ES LA EX PRESIDENTE CONSTITUCIONAL, DRA. JEANINE ÁÑEZ CHÁVEZ.
Muy bien, El Escribidor; suculento estro para sintetizar la ignorante brutalidad del machismo centralista que se esmeró en martirizar a quien, siendo digna mujer, tuvo el valor de afrontar la situación de descalabro y convulsión generalizados en el país digitado maquiavélicamente por el desquiciado racismo odiador que sigue impune merced a una total injusticia, engendros que ahora sí deben pagar sin demoras ni atenuantes, un caudal interminable de genocidios, terrorismo, narcotráfico, corrupción, latrocinios, inmoralidad, y para rematar, alta traición a Bolivia, al haberle cambiado el nombre, sus símbolos patrios y sobre todo su estropeada libertad y su dignidad ciudadana.
Celebremos con entusiasmo la libertad de una auténtica valerosa patriota, digna hija del noble e indomable Departamento Beni, mismo que por absurda discriminación regionalista de pertinaz ceguera altiplánica, continúa como relegada aunque siempre hermosa y prometedora Cenicienta. David Serrate Pérez
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LA
CHOCA…
La choca miró por la ventana y supo que sería un día distinto.
Era un jueves de noviembre.
¿Cuanto tiempo?
Ya ni quería pensar en eso, se miró en el reflejo de la ventana y notó cuanto había cambiado.
Ella lo sabía por otros, pero no imaginaba cuánta gente la señaló con el acusador dedo.
Unos por odio.
Otros por desconocimiento.
Era jueves.
Y entonces la choca recordó el día de su arresto.
Todo un destacamento y despliegue militar para someter a una mujer.
Un despliegue que no fue usado para someter al verdadero culpable, al colla del Chapare que ordenó las movilizaciones, el criminal que ordenó dinamitar y matar, sin pensar en el alcance de tal acción.
Pero claro…
Con ella fueron implacables.
Y algo más.
Sus aliados, incluido el cabeza blanca de camisa verde ya no la conocían.
Y los demás, simplemente la olvidaron.
Muy pocos entendieron, que fue ella, la mujer que agarró un sartén caliente sin mango, un sartén llamado Gobierno de Transición.
Tampoco vieron…
Que la petisa de lentes y aliada del cocalero, fue ella quien bloqueó todas sus iniciativas desde la Asamblea Plurinacional que estaba intacta.
Nadie valoró su entereza al gobernar un país en caos social, político y económico.
Y encima llegó la pandemia.
Muchos recuerdos, varias equivocaciones.
Ahora esperaba a su hija y de la nada recordó…
- “Mientras este maldito régimen esté en el gobierno, usted nunca saldrá libre”.
-esas palabras las oyó muchísimas veces.
La choca esperaba a su hija y de pronto pensó en su madre.
Le dolió el alma.
Su madre murió con la pena de su ausencia, y ella no pudo ni verla siquiera.
Hasta eso le negaron.
La choca sintió que se le escapaba una lágrima, pero no quiso que alguien la vea.
Ella era otro trofeo político del régimen.
En fin…
Era jueves, un jueves de noviembre y la choca sería libre.
Volvería a casa, abrazaría a su gente y a los niños que crecieron en su ausencia.
Iría al cementerio a llorar a su madre.
El payuje, la hamaca y el desayuno beniano la esperaban.
Y si…
La gente que le dijo que no sería libre, mientras el maldito régimen gobierne tenía razón.
Pero ahora…
Esos malditos ya estaban de salida.
La choca entrecerró los ojos casi rezando y en un susurro que solo escuchó su alma solo dijo:
- “Dios existe y es justo”.
Y entonces se sentó a esperar a su hija, la joven que llegaría más tarde a buscarla.
¡Y luego sería libre!
EL ESCRIBIDOR.
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Saludos, colega escritor, El Escribidor.
David Serrate Pérez

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