FRAGMENTO DE MI OBRA LITERARIA TAOWANAKU DESCIFRADO A LA LUZ DE LA AUTO GNOSIS
De mi obra escrita hace veinte años, cuando aún permanecía en la ciudad de La Paz, Bolivia, y que titulé TAOWANAKU DESCIFRADO A LA LUZ DE LA AUTO GNOSIS, hoy Julio 19 del año común 2012, me complace ofrecer una importante porción de su Capítulo VII, LAS PROFECÍAS DE TAOWANAKU AL DESCUBIERTO, dándoles a conocer un esclarecedor fragmento contenido en el numeral 4, y es como sigue, esperando sea de especial utilidad para los entendidos, interesados y merecedores:
ARKAOM ZANONI PHIDLUZ, V.M.K. EL TAWA MANÚ .:. en Cuerpo Humano: DAVID SERRATE PÉREZ
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4.- LOS MISTERIOS HELIÓNICOS DEVELADOS
Ingreso aquí al candente y delicado asunto que constituye el meollo mismo del enjundioso tema preparatorio para poder hacer la apoteósica presentación de Thunupa, la misma que no podría entenderse sin llegar primero a descifrarse las hieráticas representaciones zoomórficas de las iconografías representadas en esa maravillosa reliquia pétrea contenedora de las mismísimas Claves de Ñoke y con cuya resolución, prácticamente todos los enigmas que hoy acongojan a la humanidad por su desventajosa condición de ignorar tanto su origen como la razón de su existencia, permitirá al hombre terrestre dar un salto gigantesco en la verdadera conquista de la Sabiduría Trascendental, misma que hasta ahora había constituido privilegio exclusivo de los Grandes Iniciados, quienes arriban a estos merecimientos, luego de haber vencido pruebas físicas e internas, que el incipiente racionalismo intelectual se encuentra muy lejos de llegar a comprender, por sostenerse dentro de prácticas y conceptos de un negativo encuadre infra-psíquico que perturba la mente y obnubila la capacidad cognoscente superior, resorte que es de uso corriente en todos y cada uno de los Seres Despiertos que han llegado a sublimar sus Naturalezas, y por consiguiente, no están sujetos a las mecánicas leyes de las limitaciones tridimensionales, que aprisionan a las gentes comunes de forma inadvertida, pero total.
Pido a mi Glorioso Padre Arkaom Manoa, suplico a mi Bendita Madre Divina Gedeón Phidluz y clamo reverente ante el esplendente Dragón de Sabiduría, mi Kristo Íntimo Xanón Zanoni, alleguen a mi materia corpórea o Dhyani Bodhisatwa como soy humanamente, el estro Apolíneo emanado de las eternas Musas del original Illampu, para que los Manes y Apus de las níveas montañas de la Cordillera Real de los Andes, descodifiquen ante mi Ser los mágicos portentos de sus recónditos Secretos, y así pueda mi Alma adentrarse en los Sacros Recintos que han reservado hasta hoy los Tesoros del Tao, del Zen y del Nóumeno de la Suprema Gnosis.
Heme aquí de este modo, convertido en moderno Edipo, ferviente adorador de mi Virgen Madre Kundalini, y cual intrépido Dante apoyado en Virgilio, después de haber descendido voluntariamente hacia el mismo Averno, de donde extraje el poder del Aqueronte, venciendo la obligada Copa de las Aguas Estigias o de Amrita, devine en inmejorable condición que el coloso, pero vulnerable Aquiles, luego de traspasar airosamente, tanto de ida como de vuelta, las Puertas del Duat, haciéndose merecedora mi materia, ya en unión plena con mi Adorable Ser, de obtener la tan ansiada Corona de la Vida, en el tránsito escabroso del Zodíaco de Apolonio, cuyo éxito triunfal me concedió alcanzar y superar la famosa Prueba del Aeón Trece, naturaleza que a los simples mortales no les es dable comprender, toda vez que su desarrollo se procesa en un pasmoso escenario que difícilmente puede soportar tanto la materia orgánica celular, como la misma débil razón de quienes aún no se encuentren debidamente preparados para ser sometidos a las inenarrables ordalías del auténtico proceso iniciático, y que, al superarse exitosamente, habilita obtener las bases que llegan a vencer a la misma muerte, después de haber experimentando en pellejo propio toda su dramática manifestación, y que sólo es advertible entre los más allegados a nuestra presencia, como consecuencia de experimentarse verdaderas transfiguraciones de exigentes pruebas, soportando indescriptibles dolores, tanto morales, como psíquicos y físicos.
De este modo, y con la utilización de secretas como específicas Claves que no son del caso externar por el correspondiente Voto de Silencio al respecto, hube de transponer varios sólidos y hasta entonces infranqueables Portales, que impiden el ingreso a quienes se aventuren en este propósito, sin llegar a contar con los debidos merecimientos del Alma preparada, la que se nutre previamente de espléndida como eficaz transmutación, operada apropiadamente mediante sabia hermenéutica, convirtiéndose luego en la verdadera Llave de Poder Intimo, llegando a producir la apertura de un singular como ilimitado caudal de Reflexión Iluminada, cuyas corrientes cristalinas emanan de las Vertientes Omniscientes del Ser Auto-Realizado, quien como Rayo fulminante, transcurre solemne desarrollando su Misión, cual Hálito particularizado de ese Origen del Todo que es El mismo, operando una de sus infinitas posibilidades de manifestación en la Creación.
Cabe recordar aquí un relato mitificado ocurrido en el Empíreo, cuando los Aheloim, buscaban sellar el más enigmático secreto, que debía esconderse libre de la curiosidad de las mentes materializadas; así discurría la preocupación de los Seres Arquetípicos, buscando el consenso para lograr privar a los indignos de que pudiesen alcanzar los Tesoros de la Luz; hubieron muchas opiniones y sobradas mociones que fueron luego descartadas, tomando en cuenta que la habilidad humana, pasando el tiempo, llega a conquistar la naturaleza exterior tanto cercana como distante, y entre las propuestas se tuvieron algunas como las siguientes: Enterrar el Enigma en los Interiores de la Tierra; Ocultar el Tesoro en lo más recóndito de los Océanos; Esconder los Secretos en cualquiera de los distantes Astros, etc., y siempre el sabio juicio de los Divinos Seres consideró que no habría nada imposible de alcanzar para el Hombre a medida que evolucionara su insaciable aliento de conocimientos; cundía una total desazón al respecto, hasta que al fin vino la Luz con la más acertada solución: Esta vez por unanimidad se impuso la alternativa segura para encofrar las Llaves del Reino, fuera de toda sospecha humana, decidiendo colocar el Máximo Arcadio encerrado en la más insondable Urna, y nada mejor que el Runa, esto es el interior mismo del Hombre, que por doquiera busca reconocer las complejidades de su entorno, pero jamás, salvo las revolucionarias excepciones, intenta descubrirse a sí mismo como el cofre contenedor de todas las Riquezas de los Cielos y de las Tierras.
No se podría idóneamente acceder al titánico empeño de intentar descifrar los fabulosos Veneros ocultos en los jeroglíficos hieráticos del Lábaro del Templo Taowanakota, guardados milenariamente por los Apus y las donceles Hespérides, conservados incólumes en sus virginales condiciones por Seráficas Ñustas, mediante la petrificada Esfinge de insalvables incógnitas, si acaso el Digno Operante, al igual que Arturo y con la Magia de Merlín, no estuviese dispuesto con la Flamígera Espada de Excalibur, contenedora de la magnificencia operativa del Rubilacxe Transmutativo, sabiendo que es El, el Hombre, el verdadero contenedor de todas las fórmulas y respuestas concentradas en su Memoria Cósmica.
Venciendo así las rigurosas hazañas contenidas en las inacabables Horas del Reloj de Apolonio, y contando con la fuerza del talismánico Poder de Mi Excelso Mahatma Phidluz, cual amantísima Beatriz y de cuyo seno emana mi Cósmica nutrición y el protector Escudo Jehovístico, con el debido respeto ante los Portales Querubínicos del Templo Pétreo, hube de vencer sin hesitaciones contraproducentes la resolución de las Secretas Claves, que constituyeron de ipso facto la apertura total de los Sellos Apocalípticos, al conjuro triunfal del “Ábrete Sésamo” operando con la Regente Voz de mi Padre Arkaom Manoa, y de pronto mi Radiante Dragón de Sabiduría Xanón Zanoni fulminó con su potente “Eureka” la total ligadura que antes hizo indescifrables los Arcadios de las Urnas, y cual cuadros vivientes, tomaron formas y movimientos a la Luz de mis sentidos internos, la augusta sinfonía y la polícroma exaltación de los arcaicos sucesos acontecidos y por reproducirse en el proceso cíclico que se condensa en el Todo del Eterno Ahora.
Así pude extasiarme plenamente ante la diáfana representación que se desenvolvía antes mis facultades íntimas, desconociendo realmente cuánto tiempo de la cronología terrestre hube de consumir en la sintetización del eterno panorama que se dispuso bajo mi observación y análisis; lo que sí puedo afirmar es que todas las partículas de mi Naturaleza integral llegaron a saturarse de cada objeto, forma, contenido, espacios, tiempos y personajes de la escenografía viviente que se desenvolvía con real nitidez ante mi presencia, como extraordinaria recordación de la época en la cual estuve dirigiendo su trascendental construcción.
He aquí pues Mortales privilegiados de la Tierra, la suprema resolución de las Octavas que con increíble simplicidad resuelven todos los oscurantistas enigmas que han mantenido en zozobra a la humanidad a través de los tiempos, sin reprochar ni retrucar cuantas explicaciones y desciframientos anteriores se hubiesen dado al respecto, pero sí clarificando que todos aquellos alcances que del seno de Taowanaku se extrajeron, apenas son las materiales envolturas de su más elevado contenido que ahora expongo, y que demuestran la absoluta sencillez de las Enseñanzas Divinas, y que tanto la estulticia como la arrogancia de la intelectualidad infernal, han sido incapaces de comprender.
Después de superar las tremendas pruebas concentradas en un brevísimo como espantoso tiempo, mi material expresión como David Serrate Pérez, intentará representar, entregando de este modo en beneficio de quienes lo merezcan y lo hubiesen requerido en la angustia de sus Almas, la apertura de los supremos Sellos que se han mantenido incógnitos, porque su tiempo aún no había llegado.
Esta es la razón por la cual se han mantenido vigentes hasta nuestros días las megalíticas reliquias de la Metrópoli de Aam Ur, Taowanaku, conservando intactos sus simbólicos arcadios, y a partir de este mi Mensaje develatorio, los milenarios monumentos, con los cuales se sincronizan varios otros con la misma finalidad en la geografía terrestre, procederán a su acelerado deterioro, toda vez que su trascendental misión, habrá sido satisfecha en el oportuno tiempo que ahora nos toca vivenciar en esta esfera, con la manifestación física en la Tierra del Gran Pachakuti, Konatiki Wirakocha, Zorokotora Melkisedek, Thunupa Zeus.
Tengo ya dicho que en la Esfinge Taowanakota se encuentran, siguiendo el orden de la tetralógica que se desarrolla en toda la Ciencia del estudio que realizo respecto a esta gran originaria Cultura, las ocho claves que constituyen la palanca para verificar el verdadero salto de la era elemental en que vivimos, a una época de trascendencias insospechadas hasta ahora, y que sólo el talento de los grandes Iluminados ha sido capaz de prever en forma premonitoria, tal como ya lo estamos presenciando con estos trágicos y a la vez augustos momentos, cuando tiene que darse de una buena vez por todas, la total definición entre el Bien y el mal, aclarando sin embargo, de que las armas que utilizamos los Heraldos de la Blanca Hermandad, no son de destrucción de la materia física o humana, si no más bien de rescate de aquellas energías que se han mantenido acorraladas y sin expresión por el estado deteriorado de su envoltura, para que retornen a sus divinales cauces de donde alguna vez se extraviaron.
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Agradezco la gentil atención que me hayan dispensado, y honrado quedaré por siempre, si las precedentes líneas llegan a tornarse efectivamente en FIAT LUMINOSO de quien busque y merezca llegar a Ser.
Con Amor y Fe:
ARKAOM ZANONI PHIDLUZ, V. M. K. EL TAWA MANÚ .:. en la materia: DAVID SERRATE PÉREZ
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