11 de Junio de 2011
CUALQUIER FANTASÍA O FALSEDAD, CLARAMENTE NO ES REALIDAD; LO REAL ES AUTÉNTICO Y CONVIVE EN LA NATURALEZA ÍNTIMA DE CADA UNO DE NOS.
Con el Karma no hay que luchar; lo que se debe hacer y urge lograr, es trascender su influencia, que siendo originalmente inconmovible, debido a los ayeres negativos con nuestro mal proceder y la ausencia de bien que pudimos ejecutar oportunamente, felizmente es posible apelar a su contra parte, que es la benigna Ley del Dharma.
Cabe aclarar algo importante: el Karma no es bueno, ni malo; simplemente es justo, es la exacta medida de cuanto nos merecemos, esto es "Ojo por ojo y diente por diente", la inexcusable Ley del Talión, que da a cada cual en justicia, lo que le corresponde y pertenece.
El Karma es la Fiscalía de la Justicia Cósmica que de oficio castiga el mal ejecutado o el bien omitido
Reitero que no puede haber Karma bueno o malo, ¡SIMPLEMENTE ES JUSTICIA VENDADA! Su ultra misión, como lo diría el Derecho Romano es dar a cada cual lo suyo, "SUUM CUIQUE”, pero es claro que la Misericordia Divina sobrepasa los límites de ese temible rigor y perdona, haciendo trascender el justo castigo cuando se ha hecho méritos para lograr algo que, siendo injusto e inmerecido, sin embargo se nos otorga como premio a la sentida contrición, y esa es la noble función del Dharma: permitirnos negociar con buenas obras las deudas pasadas.
Ni más ni menos como sucede a los reos en el derecho positivo, quienes no teniendo recursos para resarcir los daños económicos inferidos a terceros, se les permite ejecutar obras de limpieza en las calles o menesteres parecidos.
El Dharma no tiene nada que ver con los deseos; el deseo es ego, y cuanto más se desea existe mayor egoísmo.
El Dharma nos permite reparar los males inferidos, mediante buenas obras que se puedan realizar y que comienza por el gran cambio que debe empezar en UNO mismo.
Urge saber que la Justicia Cósmica está compuesta por dos platos diferentes de una sola balanza, y cuando logramos sobrepasar siquiera con un mínimo de Dharma el Karma que llevamos como ruda carga, ocurre lo que Jesucristo prometió a quienes tuvieran Fe como un grano de mostaza: QUE PODRÍAN MOVER MONTAÑAS, sólo que no hay que irse a la simple interpretación literal de lo dicho, si no saber extraer la metáfora contenida entre líneas, pues las montañas que debemos levantar o mover SON LAS DE NUESTRA PROPIA INICIACIÓN hasta llegar a culminar con la Plena Auto Realización.
Pareciera una total contradicción, empero deberemos optar por definir las cosas tal como se deben, para poder interpretar adecuadamente la Misericordia Divina, que tiene sus dos brazos operativos en el justo Karma que castiga ciega e inexorablemente, y en el injusto Dharma, que premia y bendice a quien, no obstante merecer castigo, se arrepiente oportunamente, pudiendo así atenuar con penas leves, sus groseras faltas.
Jesucristo fue crucificado injustamente, pagando las culpas karmáticas cometidas por la humanidad pecadora, creando así la persuasión ante las Supremas leyes del Ultra, con las cuales actuó el Dharma, trascendiendo con la Ley Superior de la Misericordia y el Perdón las leyes inferiores del debido castigo.
AMOR Y SABIDURÍA SEAN SIEMPRE EN TODOS VOSOTROS
DAVID SERRATE PÉREZ ARKAOM ZANONI PHIDLUZ SER KUMARÁSICO EL TAWA MANÚ .:.